Distraída por ahí

Caminaba triste porqué hace poco había perdido un partido de futból. Núnca perdía uno solo, pero no sé que pasó hoy que sí lo perdí. Tenía mi balón en la mano y camino lentamente por las calles solitarias. Estaba lleno de rabía y quiería desquitarlo de alguna manera, así que me pareció más sencillo darle una patada a mi balón para que vaya lo más lejos posible. Pero ¿qué creen que pasó? El balón fue hacía un árbol y se regresó a mí, como parecía querer decirme algo. Sin cogerlo nuevamente le dí otra patada y esta vez sí voló lejos... lo más lejos posible. Entonces me senté en la hierba, en la base de aquel árbol y me quedé con la cabeza entre las manos. La rabía todavia no se me había pasado. Tenía otro partido la próxima semana y los entrenamientos iban fatales esta semana.